Al final,
me dejas solo desangrando de llorar
sin primaveras en mis manos para dar
la vida se me va con tu querer.
Al final,
me cubres todo de angustiosa soledad
porque presagio que jamás regresarás
y yo sin tu mirar qué voy a hacer.
Sabes bien, que tú me motivaste para amar
que yo intenté de ti la intimidad
cuando te provocaba ser mujer;
y ya ves, que aun siendo de tu noche el trovador
le niegas a mi noche la ilusión
de ver un nuevo día amanecer.
Donde estés,
solo te pido que no vayas a olvidar
que por amarte como un Cristo me quedé
con los brazos abiertos al final.
Y ya ves, que aun siendo de tu noche el trovador
le niegas a mi noche la ilusión
de ver un nuevo día amanecer.
Donde estés,
solo te pido que no vayas a olvidar
que por amarte como un Cristo me quedé
con los brazos abiertos al final.