Comenzó como un decreto divino
En medio de aquel desatino
Un hombre dijo yo soy el camino
Y miro con compasión un mundo que agonizaba
Que a causa de su sentencia una pena eterna la guardaba
Y separo a algunos pocos, de esos que daban por loco
De los que su influencia es poca y su ausencia nadie la nota
Sacó sus pies de la arena y lo fundamento en la roca
Reparo su alma rota y puso mensaje un su boca
Que no temieran, que confiaran, que aguardaran, que se amaran
Que predicarán y que lo esperarán
Que iba a preparar morada y que vendría nuevamente
Que estaría con nosotros y esta vez eternamente
Pero el miedo los venció así como vencen los humanos
Y cuando vieron que no estaba algunos se desanimaron
Dudaron, se asustaron, se escondieron y lloraron
Cuando fueron confrontados otros hasta lo negaron
Y olvidaron tantas cosas como olvidan los humanos
Vieron la tumba vacía, sabían que era el Mesías
Pero no era suficiente todo lo que ya entendían
Porque no era con su fuerza que el mensaje llevaría
Y volvieron nuevamente a los secreto
Donde no comprendes nada pero aceptas estar quieto
Donde menguan tus deseos, reconoce su grandeza
Y a pesar de la tristeza, confía en la promesa
Y recibieron poder, poder bajó de lo alto
Poder que los consoló, llego el Espíritu Santo
Y caminaron al frente, llenos de fuerza y pasión
Entregados a cumplir aquella gran comisión
Como ovejas rumbo al matadero
Redimidos por la gracia del amor que colgó en aquel madero
Odiados, apresados, muertos en persecución
Rechazados por un mundo que no ven su condición
Y aquí estamos veinte siglos más tarde
Preguntándonos si el fuego del Espíritu encuentra un pecho que arde
Un Esteban, un Mateo, un Lucas, tal vez un Pablo
Sé que no están con nosotros entienden bien lo que hablo
Y aunque ya no caminemos a la hoguera
El odio no se acabó, encontró nuevas maneras
Como Dios lo dijo antes, somos los intolerantes
Y te pondrían en la cruz, si fuera posible llevarte
Porque el orgullo no soporta escuchar que está perdido
Y el perdido se resiste a que Jesús sea el camino
Porque no ven el camino
Y nos corresponde a nosotros
Continuar el llamado que una vez hicieron otros
Levántate cristiano, servimos a un Dios soberano
Y creerle a él no será en vano
Con la mirada puesta en Él mi hermano
No te dejes engañar teniendo la biblia en tu mano
Y no es cierto que las palabras se las lleva el viento
Nuestra misión es predicar a tiempo y fuera de tiempo
Levántate y suelta la cadena que te ata
Que el reino de Dios es fuerte y el valiente lo arrebata
A las pequeñas diferencias no estamos inmune
Pero no pueden ser más grande que el amor que nos une
Impactemos el mundo y abracemos la grey
Y estemos listos para vernos cara a cara con el rey
Y estemos listos para vernos cara a cara con el rey