Arrástrame hasta ser, Tan invisible que no puedas ver, Mi luz dañándote, Inhalaras mi voz, Entre el aroma de ser Lo que soy. Queriendo estar aquí. Lamiendo la intención, Veras mi gloria emanando el sol, Que será tu cicatriz. La última intención será, Romper tu orgullo Tengo anemia de rencor, Y un exceso de razón. Hay un lugar Donde no es fácil brillar, Y destinados Somos pocos para estar. Y ahora siénteme, Hay mil partículas de mí en tu piel, Un resplandor quemando la agresión, Que vomitabas pretendiendo mi dolor. Aguanta un poco más, La respiración, La calma puede estallar, De una forma letal. Hasta enterrar en ti, Todo el veneno que tenías para mí… Sangrando hasta morir. En medio morirás, Seré el oxigeno y tu necesidad Aunque no puedas más. Te ardera saber, Que mi eterno nombre, Es tu pasión mental, Tu adicción moral. Te enseñare A hacer fluir lo elemental, Y no podrás, Callar un grito inmortal. Vámonos, La fuga de mi esencia comenzó, Será un evangelio de furor, Que irremediablemente te absorbió. Abre los ojos Mírame aquí estoy, Es tan divino sentir el calor, La dignidad va fuera de control, Y lo sagrado huele a tentación. Explota el alma Rompe la razón, En mis heridas Queda devoción. Prende esta luz Es un altar al corazón, Que destrozado Aun le queda efusión. No existe el miedo Ya la rabia se seco, En el vacio de mis Huesos se perdió. En un instante Saltare a la eternidad Y aunque te duela Mas mi nombre pronunciar… ¡No olvidaras saber quien soy!