Lucero de la mañana, préstame tu claridad para alumbrarle los pasos a mi amante que se va. Si pasas algún trabajo lejos de mi soledad dile al lucero del alba que te vuelva a regresar; dile al lucero del alba que te vualva a regresar. Si mi querencia es el monte, y mi fuerza un cimarrón, cómo no quieres que cante, cómo no quieres que cante como canta un corazón. Si mi querencia es el monte, y la flor de araguaney; cómo no quieres que tenga, cómo no quieres que tenga, tantas ganas de volver. Si mi querencia es el monte, y una punta de ganao; cómo no quieres que sueñe, cómo no quieres que sueñe, con el sol de los venaos. Lucero de la mañana...