El mundo entra por la puerta Con mil sabores que no puedo recordar. Cómo ha crecido lo que miro: Los viejos ruidos ya no sirven para hablar. Ya descubrí los ascensores, Los cines y las construcciones, La fosforera y el avión; Y otras cosas que conozco bien, Que cuando niño no sabía observar (entonces no necesitaba: Con los juegos siempre basta Para comprender). Crecí parejo como un cielo Lleno de objetos que brillaban con el sol, Como vivir frente a un espejo Y no saberlo hasta tocarme y verme yo. Y todo crece en cada libro, En cada cinta, en cada cuento En cada vista alrededor. Y es doloroso aprender a vivir: Todo profana la atención vital. Hay tantas luces en la sala Tanta gente que nos llama Que no se oye nada. Este pedazo de la historia Es aguerrido para ver y reposar. Parece que es definitivo Se rompe todo y todo vuelve a comenzar.