Sentado desde mi rincón, te observo con mucha atención Pensando como es que llegué, a amarte con tanta pasión Te quise sin saber porque No tuve ninguna razón Tan sólo te entregué mi vida Recuerdo que te vi. Temblando me acerqué Tu mano me rozó y me traicionó la piel Y entonces comprendí que ya era tuyo Te quiero ternura, te adoro dulzura, te quiero mi dueña, señora de mi corazón Te quise desde ayer, desde siempre Porque naciste de mis sueños, de los que fui creador y dueño Y te entregué encadenado el corazón y Quise detenerme en la locura de vivir De vivir como se vive el último aliento De beber en ti la última gota en la copa de tu vino De robar la última estrella de la noche de tus sueños y ser el primer brote de tu gastada primavera No entiendo como descubrí el puerto de tu corazón, las velas de mi mar también desechas por la decepción Tu playa cobijó mi sed, tu espuma me bañó de amor, tu aliento me envolvió la piel con mil fragancias Te quiero dormida, te quiero mi dueña, señora de mi corazón Quise recorrer tu valle, como los ríos del deshielo, para fundir la nieve de tu estío y te amo, te amo mucho y te amé Con tanta fuerza como puede amarte, como puede amarte este amor mío