Se fue siguiendo la huella Del amo que no volvía Tenía más de tres días Que no quería comer Era corriente y canelo El perro que yo refiero Lo llamaron fandanguero Cuando lo vieron crecer Qué perro, pero qué noble animal Qué perro, nunca se me ha de olvidar Salió una noche de octubre De allá del San Juan del Río No sintió el hambre ni el frío A su amo, quería encontrar Llegó a Querétaro lejos Miró, en San Luis, las estrellas Y un amanecer, sus huellas En Matehuala, dejó Qué perro, pero qué noble animal Qué perro, nunca se me ha de olvidar Cuando pasó por Saltillo Topó con muchos coyotes Mató y corrió por los montes Para, su viaje, seguir En Monterrey y Sabinas Sintió que pronto lo hallaba Cansado, ya se doblaba Pero no quiso dormir Qué perro, pero qué noble animal Qué perro, nunca se me ha de olvidar Luego cruzó la frontera Venteando del otro lado Al amo que había buscado Hasta que, al fin, lo encontró Se echó en una sepultura Donde estaba un letrero Aquí, se encuentra un bracero Y el noble perro murió Qué perro, pero qué noble animal Qué perro, nunca se me ha de olvidar