En la más profunda y negra noche Sus labios aún recordaban El sabor férreo y rojizo De sus últimas palabras Ni luna, ni cirios, solo el silencio Que reflejó en su mirada Muerto ya por la certeza De que su vida arrancaba Maldigo esa voz tenebrosa y clara Que de mi alma se escapa Yo maldigo aquella hora Cuando ella me guiaba ¡Iä, Iä, shub-niggurath! ¡Iä, Iä, shub-niggurath! En la oscuridad me habló (¡mátalo!) Con su lóbrega canción Tibi, magnum innominandum Signa stellarum nigrarum Et bufaniformis sadoquae sigillum Tú, negra voz, arranca tu máscara De este caos dime quién eres tú Soy la memoria sin tiempo Halo de oscura razón Yazco perdida en tus sueños Devoro tu corazón. Soy tus oscuros deseos Cadáver sin libertad De hierro y moho el abismo Queriéndote devorar No huyas de mí Sombra, ¡aléjate! ¿Quién eres tú? Soy yo (soy tu voz)