Si alguna vez me fui, pueblo querido Huérfano me sentí sin tu cobijo En otros rumbos grité que era tu hijo Y en otros patios canté que eras mi nido Fui polvo de tu calle, al Sol fundido Fue tu cencerro matinal mi rumbo fijo Fue tu greda de barranca el amasijo Que moldeó mi corazón amanecido Y así el viento me anotició tu primavera Y la vuelta, carne de mi espera Hasta que pude llegar, siempre a tu puerta Ah, esa calle larga, mi regazo Y el olor inconfundible de tu abrazo Como el alma de una madre siempre abierta Y así el viento me anotició tu primavera Y la vuelta, carne de mi espera Hasta que pude llegar, siempre a tu puerta