Hoy vibra la vida del alma cuyana Doliente congoja empaña su voz El lúgubre acento de grave campana Enluta un paisaje de cruento dolor Se agita convulsa la entraña del ande Sembrando tragedia, tristeza y terror San Juan la gloriosa, la heróica, la grande Herida de muerte su frente inclinó Convergen las alas de pueblos hermanos Unidas por lazos de amor fraternal La hidalga presencia de heroicos paisanos Que acúden llevando consuelo y bondad Conmueve la fibra de América toda El drama cuyano de sangre y horror De amargo silencio se llenan las horas Y hay flores de duelo sobre el corazón Mendoza la hermana sublime del ande Ofrece sus brazos ungidos de amor Y al hondo lamento de esposas y madres Se une a sus ruegos con santo fervor La dulce monjita la sanmaritana Prodiga su ayuda con mística unción Y un suave aleteo de almas muy blancas Se acerca al trono de nuestro señor Elevo mi ruego ¡oh virgen del carmen! Milagro infinito de luz y cándor En nombre del niño que llora inocente El ave, la fuente, la estrella y la flor Ajea la tierra del noble sarmiento Retornen los cantos de patria y hogar Y en frías moradas del último sueño Prodiga el eterno su beso de paz