Fue el año de mil noviecientos Pekín en sagre se bañó Y en sus cimientos La ciudad se estremeció Los Bóxers amarillos Deseosos de hacer mal Afilaron sus cuchillos Con instintos de chacal La emperatriz de China En su afán los alentó Y su mano marifilina La sentencia rubricó ¡Matad al estranjero! Gritó como un clarín Porque no los quiero Cincuenta y cinco días en Pekín Los hombres de las legaciones Unieron llenos de valor Sus corazones Para defender su honor Franceses e Italianos Con los rusos en unión Y los norteamericanos Gran Bretaña y el Japón Total once naciones Empuñaron el fusil Y lucharon cual leones Contra los catorze mil Los Bóxers fueron derrotados Y fue aplastado su motín Ya están callados Los cañones y el clarín ¡Recordar del principio al hasta el fin Cincuenta y cinco días en Pekín!