Ay, morena mía Con lo a gusto que estaba sentado a tu vera, abrazando al día Con el pelo al viento y la mirá perdía Ay, cariño mío Para estar con las ganas debajo de mantas La ropita al río, donde tus sudores no se queden fríos Relamiendo los restos de la chatarra que se escapan por la senda yerma de tus sueños Escogiendo los versos que no escuchabas Que se te quedaban pequeños La sonata que cantaba Me desgarra en carne viva lacerando mi garganta Llórame, quebrantahuesos Que se me agrietan los labios de tanto comerte a besos Tú no me llores, gitana, tú no me llores, gitana Que te acuno por la noche, te arropo por la mañana Algún día te explicaré, a besos Por qué me tiembla el alma cuando me miras A tus pies me rendiré Se marchó la madrugada Me ha tatuado la entrepierna con lo que de mí quedaba Ay, morena mía