El día de los candombes El domingo había de ser Se bailaba en el recinto Mi ciudad bella de ayer La fiesta se prolongaba Hasta la puesta del Sol Bailando todos los negros Del tamboril a su son Calunga, caluncangué Decían en su cantar Sensuales sus movimientos Enervantes sin igual Calunga, caluncangué Y siga el son del tán - tán La negrada enloquecia Con el candombe oriental