Uno quería hacer las cosas siempre bien, el otro en cambio quería romperlo todo El tres pensaba que nada importaba y el cuarto siempre quería dormir El quinto siempre ponía que corriera a dónde fuera, lejos, lejos Y el sexto sólo pensaba en follar y al siete sólo le importaban las canciones, al ocho sólo lo que pudieran decir, al nueve cómo sonarían si las tocara otro Y el diez se preguntaba si te iban a gustar después de una semana sin hablar de él Once nunca se inclinaba y el doce siempre tenía una opinión, el trece se encargaba de la buena suerte y el catorce nunca quería mirar atrás Los diez siguientes pensaban en diez cosas diferentes llegando hasta los veinte sin saber que podía decir, simplemente que aún no sé contar, simplemente que aún no sé contar Los treinta siguientes se pillaban con los dientes, se peleaban y jugaban a ser fuertes, los números pares no encontraban sus lugares, los impares parecían números naturales Los decimales sugerían que no éramos normales y el infinito los convierte en números irracionales irracionales, irracionales, irracionales No hablaremos de los números primos que sólo se dividen por uno o por ellos mismos. Irracionales ...