Hermosa tu piel Quisiera sentirla Me gusta ver Como te la cuidas Me gusta tu piel Únela con la mía En tu piel tan delicada Un poema escribiría Suave como terciopelo Fragante como un jazmín En ella me pierdo a diario Y así quiero seguir Sintiendo su calidez Paladeando su sabor Que me fascina y seduce Cuál si fuera fruta dulce Que mi boca disfruta Como maná de los cielos Con sutilesa acoge mis caricias Que son impartidas con pasión Su sabor altera mi razón Su color no lo dejo de admirar Con destellos de luz brillante Que tiene tal amada apasionante Ella es pose tantas delicias Como primavera ha de aflorar Tu piel es como la miel Que su dulzura me atrae Y me hace deleitarme Sin saber que poco sé de lo que es enamorarme Pero sé que tú sabes Cautivarme Y con tus besos y tus caricias vas a endulzarme Como la abeja a su colmena Es tu color de piel el refugio de las estrellas fugaces Que ven en ti la esperanza de volver a renacer Y para mí el deseo de nunca acabar donde las emociones se definen Como un néctar suave y dulce como la miel Suave lienzo de seda Es tu piel, hermosa mía En él me pierdo, me embriago En la dulce sinfonía De las caricias silentes Del sabor de la ambrosía De mi pasión emergente Al alba de cada día Tu piel, la República que quiero conquistar Donde mi bandera quiero clavar Ser el último ocupante y escribir su historia a mi manera Es donde me quiero enterrar para del mundo escapar Un manuscrito de pasión sobre tu piel escribiré Al fundirse mi alma en tu piel Fragante el momento en mí permanecerá Por siempre viviré en ti, tus manos a mi rostro rozar El tiempo conservado En cofre de cristal Conquistar tu alma es mi deseo Y lo voy a lograr Tu piel tan dulce que me embriaga Tu piel tan suave que quiero sentirla Tu piel que me hace estremecer Quiero estar junto a ti por siempre Déjame envolverme en ella Déjame embriagarme de tu ser Sacia esta sed Que tengo de tu piel Tu piel bronce bruñido, que acaricio con la lengua Tu piel seda preciosa, que deseo acaparar Que quiero sea solo mía Para así poderla disfrutar Recorrer valles y montes Tu vientre cuál lavadero Y los pezones pequeños Que reaccionan ante el breve roce De mis manos habidas De su grata calidez Tu piel, paraíso en que me pierdo Por la cual iré al infierno Pues solo la quiero gozar Quiero sentirte piel a piel