Yo soy del barrio de la ribera, patria del tango y el bandoneón. Hijo sin grupo de un gringo viejo, igual que el tango de rezongón. Desde muy pibe solté los cabos y en la milonga me entreveré, hasta que un día quedé amarrado entre los brazos de una mujer. Por ella perdí mi rumbo y al mundo me eché a rodar, pa' olvidar aquellos ojos que me hicieron tanto mal. Pero es inútil, compadre, hincharle el pecho al dolor cuando nos tapan el alma con el poncho del amor. Por eso que ando triste y errante, buscando en todas sabor igual al de los besos de aquella boca que ya mis labios no han de besar. Yo soy del barrio de la ribera, patria del tango y el bandoneón. Hijo sin grupo de un gringo viejo, igual que el tango de rezongón.