Con lágrimas de sangre pude escribir la historia de este amor sacrosanto que tú hiciste nacer. Con lágrimas de sangre pude comprar la gloria y convertirla en versos y ponerla a tus pies, y convertirla en versos y ponerla a tus pies. Yo que tuve tus manos y tu boca y tu pelo y la blanca tibieza que derramaste en mí; hoy me desgarro el alma como una fiera en celo y no sé lo que quiero porque te quiero a ti. Y no sé lo que quiero porque te quiero a ti.