Dios dame la letra, el envión, la voz, las resmas Asalta el guión de la creación bajo la orquestación de la imprenta Afina mi palabra en la esgrima, viva de fe en más Si esta lanza sigue erguida en causas perdidas que vengan Yo seré el lápiz, la cura, la espuma lenta Los ojos de ayuma que exhuman el grupo de la selva La ilustra la puerta que educa al que busca la vuelta Y encuentra preguntas que ocultan si es pulcra la ofrenda Mi A.K. A La Cabra o Sangra La Zafra Padre del abracadabre del jazz al masacrar la palabra Mi carta natal o mensaje al Mahatma o salva las almas O los pone a catar el hack de la jaula Estas aulas son raudas, aguas de sauna que bañan en pausa La causa descalza que sangra el mandala Desafiar al mañana, encarnar la enseñanza Y guardar la katana en templanza si El Aldeano me habla Letra sepa se-leer recetas que saneé Ser atleta en carga muerta es ver la vuelta del cassette Rema nuestra vuelcan fe, al ser ofrenda o senda zen Ven la luz de la otra puerta y te traen muestras en glasé Eneros varios, duelo y fuego en el barrio Entrelazando dedos como credos de un rosario Donde los menos se hacen eco de los labios Nace un verso sin techo para los chicos sin patio Ekekos huecos del tengo y del texto blando Ustedes son espejo del sueldo en los tiempos arduos Cantan y aspiran la vida del hombre blanco Y nosotros la foto con vela en la pared de un santo Porque yo, oh, vengo del dolor de mi barrio Y, en mi voz, el Sol esconde los milagros Porque allá no sé si quizás lo ven Yo no me permito eso de olvidarme de donde vengo Porque yo vengo del dolor de mi barrio Con el dolor de mi barrio no se juega La ayuda de la que hablan Lamentablemente a pobre nunca llega El poder lo ciega, piénsalo el ladrón jamás se entrega La flor de la justicia no la riega Si perezco en la batalla, sé que los dioses me esperan Ya está escrito hoy, voy a manchar de sangre esta era Después de la guerra, paso en calma Semanas que enteras enterrándoles A los sobrevivientes mi bandera En mi conciencia los cadáveres no pesan La muerte me besa, come mi mesa Mientras ellos rezan, yo no voy al campo a meditar Menos a buscar fresas, cuando voy, es pa' virar con 5 o 6 cabezas Mis demonios en sus susurros cantan victorias Porque en una guerra la calma es más útil que la euforia Entre tantos guerreros que viven buscando gloria Llevando con un hacha, escribiendo en sus pieles mi historia Pánico en sus ojos, flor en sus cabellos La noche por la tierra, mi sable por sus cuellos Te pregunto a ti, ¿qué prefieres? No te guies por ellos ¿Los lujos del rey o el don con que nació el plebeyo? El horizonte tiembla, viene mi manada Sangre en las espadas, una emboscada La niebla embrujada, mi tierra sagrada Retirada, no quedará nada, ni bruja ni hada Fin del cuento, no hay más temporadas En las madrugadas son los ojos del cielo Los que guían mis instintos de combate hacia el desvelo Acostumbrado a crear catástrofes, enorme en cada duelo Donde se sienten mis pasos, las aves prende en el vuelo Vengo del dolor de mi barrio El parque de los sueños rotos Donde muy pocos son los que se escaparán Y compartirán su luz con otros Nunca jueguen los sagrados No, no, la palabra tiene besos En las letras, en las formas o en las raíces No solo son verdades, hermano, soy quien las dice Yo vengo del barrio dándote mi inspiración Y me es suficiente con eso Porque yo vengo del dolor de mi barrio Y en mi voz el Sol esconde los milagros Porque allá no sé si quizás lo ven Yo no me permito eso de olvidarme de donde vengo Porque yo vengo del dolor de mi barrio